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Consejos para Exfoliar la Piel del Rostro



La rutina de belleza facial consiste de varios pasos importantes y el primer paso es la exfoliación. ¿Sabes en que consiste este paso tan importante?


La exfoliación es como ‘resetear’ la piel, es preparar la piel para cualquier tratamiento facial que elimina células muertas, también previene la aparición de granos y espinillas, mejora la textura de la piel dejándola más suave, mejora el tono de la piel, aporta luminosidad, aumenta la absorción de los beneficios de las cremas que apliquemos después, estimula la oxigenación, entre otros.


Aunque de manera natural, la piel tiene su propio ciclo de renovación, no está de más darle una mano con una exfoliación para que se vea más lozana y fresca. Cada 28 días, las células de la dermis se regeneran de forma automática, un plan de renovación que comienza en la capa más profunda de la piel y se va trasladando hasta la superficie. Sin embargo, el envejecimiento, los malos hábitos como el tabaco y el alcohol, el abuso de azúcares, la falta de sueño y la exposición al sol son factores que ralentizan la renovación de las células.


Hacer la exfoliación de manera constante es sumamente importante para poder obtener los resultados que esperamos de los tratamientos faciales que usamos. Para esto, es importante tener en cuenta cómo aplicar los productos y con qué frecuencia hacerlo para no causar agresiones o aparición de rojeces en nuestra piel. Es por ello, que cada producto que adquiramos en el mercado traiga estipulado el modo de uso y la frecuencia con la que hay que aplicarlo.


Hay productos dermatológicos y naturales que pueden ayudar a remover esas células muertas y podemos encontrar en el mercado una gran variedad de ellos que van desde las típicas cremas a mascarillas, esponjas, productos con cepillos.


Ahora que sabes lo importante que es la exfoliación pon en práctica estos consejos a seguir a la hora de exfoliar la piel para mejorar los resultados de este tratamiento de belleza.

Limpia tu piel antes de exfoliarte


Antes de empezar la exfoliación es recomendable limpiar la cara de posibles impurezas como, por ejemplo, restos de maquillaje. Para ello, lo mejor es usar desmaquillante o tónico, y nunca jabón, ya que reseca la piel.


Escoge un Método Exfoliante


Elige el exfoliante adecuado. No es lo mismo exfoliar la cara, el cuerpo, las manos o los pies. Cada zona tiene su exfoliante y por las características del grano y la composición del producto, sólo servirá para esa zona indicada.


Al escoger un producto exfoliante debes tener en cuenta que no irriten la piel, que cumplan una acción hidratante y no sean grasosos. También existen métodos caseros que incluyen ingredientes naturales como la avena y el azúcar morena que resultan muy efectivos.


En el caso del rostro, debes tener en cuenta además que tu exfoliarte tiene que adecuarse a tu tipo de piel (seca, mixta, grasa o sensible) para evitar agresiones indeseadas y rojetes posteriores.


Frecuencia de Exfoliación


Para determinar la frecuencia con la que debes exfoliarte, tu tipo de piel te ayudará a elegirla. Es importante realizar la exfoliación una vez por semana para eliminar las células muertas, también ayuda a que no se acumulen los puntos negros. Si la piel es muy sensible, exfoliar con menos frecuencia cada 15 días. Para aquellas personas que presenten una piel con tendencia seca no apliquen los productos exfoliantes más de una vez por semana y, aquellas que presenten pieles mixtas, no lo hagan más de dos o tres veces por semana. Exfoliar constantemente las pieles grasas y con acné, puede producir el efecto contrario al que se desea, es decir, puede dar lugar a la aparición de más grasa. Sin embargo, las zonas centrales de este tipo de pieles sí que pueden exfoliarse diariamente siempre y cuando el producto no contenga altas concentraciones químicas.


Humedece tu piel antes de exfoliar


A la hora de aplicarlo, la piel debe estar previamente humedecida antes de exfoliarte, nunca sobre la piel seca, la agresión será mayor. Por ello es recomendable realizarla a la hora del baño con agua tibia, ya que el vapor favorece este proceso.


La exfoliación tendrá mejores resultados si lo haces sobre tu piel húmeda para que estos productos actúen mejor sobre la piel, además de retirar toda clase de impurezas.


Exfoliar con movimientos suaves


Para aplicar los productos exfoliantes, pon una pequeña cantidad de exfoliante en tus manos, extiende el producto por la piel con las manos o con una esponja vegetal y hazlo de forma ascendente con masajes circulares suaves para estimular la circulación cutánea durante dos minutos y dejarlo actuar por unos 10 a 20 minutos. Después de usar los productos, normalmente, hay que aclarar con agua, a no ser que las instrucciones de uso indiquen otra cosa.


Evitar exfoliar zonas sensibles


En el rostro tenemos zonas gruesas como la frente, nariz y barbilla que suelen acumular más grasa, a esos lugares se le debe dar especial atención. Evitar las zonas sensibles como el contorno de los ojos, los labios, el cuello y la parte alta del pecho.


Temperatura del agua


Al exfoliarte no uses agua caliente, utiliza algodones húmedos o enjuagar directamente con agua tibia que abre tus poros sin irritar tu piel, al final usa agua fría para ayudar a cerrar los poros que quedan abiertos al exfoliar tu piel; por último, seca tu piel delicadamente, sin frotarla ni maltratarla.

Por último, es recomendable usar un hidratante facial y un protector solar de factor alto, estos son los mejores aliados para una piel preciosa.


Cuida tu Piel


No es recomendable exfoliar la piel si esta recién depilada, con heridas o inmediatamente después de tomar sol, o antes pues tu piel necesita recuperarse.


Si vas a ir a la playa, la última exfoliación debe ser una semana antes, ya que eliminamos la capa cornea (piel superficial) y esta dejará expuesta la piel que se está renovando causando posiblemente, irritación, molestias y hasta podría propiciar la aparición de las indeseadas manchas. También podría sensibilizar la piel y causar alguna enfermedad dermatológica. Una semana después de la jornada de playa se recomienda hacer otra exfoliación. Esta preparación ayuda a lograr un bronceado más parejo y duradero.

No te excedas con la exfoliación


Las células muertas toman unos días para acumularse, si realizas exfoliaciones fuertes y abrasivas repetidamente puedes afectar a las células vivas, aumentando la posibilidad de dañar e irritar tu piel.



Cuando se habla de exfoliación no hay que pensar solo en la piel del rostro, sino de todo el cuerpo. En el cuerpo, realiza un masaje en círculos sin apretar demasiado, simplemente masajea tu cuerpo como lo harías con tu gel habitual incidiendo más en los codos, las piernas y los brazos que son las zonas más expuestas, y más ligeramente en el pecho que es una zona más delicada. Realiza masajes con cremas para mejorar su hidratación.


En los pies, retira primero las impurezas más fuertes con una lima o piedra pómez para dejar los pies lo más sanos posibles. A continuación, aplica el exfoliarte incidiendo en las zonas donde has retirado las durezas, pues quedarán pieles muertas más gruesas. Hazlo con unos guantes, pues el exfoliarte tendrá el grano más grueso por ser la piel de los pies más dura y puede agredir tus manos.


En el caso de las manos, simplemente frótalas entre sí sin incidir demasiado. Es la zona más expuesta de nuestro cuerpo y puede sufrir si has retirado demasiada piel.


Al seguir esta serie de consejos, te aseguro que podrás disfrutar de una piel muy suave, luminosa, libre de asperezas y suciedad de la cabeza a los pies. Toma en cuenta cada uno de ellos para conseguir una piel hermosa y consentirla como se lo merece. ¡Te encantará el resultado!



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